dilluns, 22 de setembre del 2008

Dos mundos en una ciudad


Paseaba por una oscura calle poco transcurrida de una Barcelona de fiestas, íbamos en busca del metro, cuando un impacto visual me hizo pensar.
Tenía la mente distraída, como la ciudad, pero de repente ahí en el suelo, debajo de unas viseras se encontraban varias personas durmiendo entre cartones y cuatro trapos que hacían de mantas, otros bebían en la fría noche mientras me devolvían la mirada.
Aquello era diferente, distinto, como si de otro mundo se tratara. Para ellos pincharse, dormir o hacer sus propias necesidades en la calle es lo más normal. Cualquiera de nosotros el hecho de ver como lo hacen está fuera de nuestra mente ya que es algo distinto, poco casual, nos extraña y nos produce miedo y éste su rechazo.
Es así la mejor manera de solucionar el problema? Es más, te imaginas ser uno de ellos y sentirte rechazado?. Pruébalo, por unos instantes cierra los ojos e imagínate en uno de sus cuerpos, es una tarea difícil pero muy necesaria tanto para entender los problemas de los demás como para aplicarnos las soluciones.
Dentro de uno mismo hay muchas calles oscuras, pero todas ellas son necesarias para que abras los ojos y veas la realidad, sino estuviesen significaría que todo es perfecto y vivimos en un mundo maravilloso, y no es así.