dimarts, 24 de febrer del 2009

Homenaje


La humanidad es fascinante. A veces podemos ser una especie cruel y odiosa, otras veces, todo lo contrario. Simplemente hay que encontrar ese preciso equilibrio entre lo que nosotros pensamos y lo que realmente hacemos. Algo tan simple de pensar, y tan difícil de cumplir. Quién sabe, si usted, va a ser el afortunado en tener una placa a unos seis metros de un bloque de pisos, que recuerde lo importante que fue en su día, y como no, que sus nietos puedan sacar pecho y decir: “Mira, mira, ese fue mi abuelo”.
Seremos idiotas estos jodidos humanos. Te has creído que tu abuelo tubo el honor de destapar esa preciosa placa? Bien, ahora que lo pienso, ni tan siquiera yo lo sé, pero en cuantos casos sucede que homenajeamos a seres vivos, que puedan gozar al ver su precioso nombre perpetuo para el resto de sus días. De hecho, los más celebres personajes de la historia mundial fueron grandes una vez muertos, vea “Che Guevara, por citar uno de los casos más extremos, pero si paras a pensarlo. No es triste no poder recibir el homenaje vivo? Cuando todo aquello que haces se te valora, o bien, todo lo que has hecho, quedará más presente gracias al reconocimiento de los demás?
Malditos seres humanos!